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Peelings superficiales y profundos

El peeling es una técnica de exfoliación o descamación química que consiste en aplicar una sustancia sobre la piel para eliminar las células muertas, renovando así las capas de la piel para mejorar su apariencia.

Los peelings se utilizan para corregir arrugas, tratar el acné (activo, leve o moderado) y sus secuelas, el fotoenvejecimiento, el envejecimiento cutáneo, Ia flacidez, Ia piel grasa, las manchas cutáneas, las estrías y las queratosis actínicas. Además, es muy eficaz para mejorar el tono y Ia textura de Ia piel, aportándole luminosidad. Tienen otros beneficios, ya que estimulan la formación de colágeno y mejora la absorción de otros productos de belleza.

Existen peelings tanto superficiales como moderados y profundos, dependiendo de los efectos que se estén buscando sobre la piel.

Los peelings más superficiales son útiles para las arrugas finas, las manchas de piel, mejorar la luminosidad y la textura de la piel. Estos generan un enrojecimiento leve en la piel del paciente, con formación de descamación fina en los días posteriores al procedimiento, con una recuperación máxima de una semana.

Los peelings moderados a profundos se utilizan para cicatrices de acné, estrías o rejuvenecimientos faciales más profundos. Nos generan una costra marrón sobre el área tratada que tiene una duración de 10 días a 2 semanas. Al igual que con los peelings superficiales, en estos procedimientos se recomienda el uso de protección solar para evitar pigmentaciones en la piel.

Son necesarias alrededor de 5 a 8 sesiones para lograr los efectos deseados sobre la piel, pero desde la primera aplicación se ven los beneficios.